miércoles, abril 24, 2013

LA DAMA DE NEGRO,EL SAN LUIS DE SEVILLA ESTE

en el distrito este tenemos nuestra propia version de la calle san luis

algo parecido a la obra 
En los años 1995-1996, comenzaba la construcción de la urbanización Jardines del Edén, situada a las afueras del barrio Parque Alcosa, en Sevilla. A pesar de las promesas de que sería un lugar de ensueño para muchas familias, el proyecto pronto se vio envuelto en una serie de eventos inexplicables que alimentaron leyendas y rumores entre los vecinos y trabajadores.



Desde el inicio de las obras, circularon historias inquietantes. Se decía, aunque sin ninguna prueba sólida, que las herramientas desaparecían misteriosamente, sin que nadie diera explicación alguna. Los obreros, según se comentaba, trabajaban con creciente nerviosismo, algunos incluso aterrorizados por fenómenos que no podían explicar. Sin embargo, lo que sí está documentado es que la obra estuvo detenida durante un largo periodo, entre cuatro y cinco años, sin una razón clara que justificara la paralización de los trabajos.



Durante ese tiempo, los cimientos inacabados del complejo se convirtieron en un espacio que los jóvenes del barrio aprovecharon para sus reuniones clandestinas. Al amparo de la noche, el lugar se llenaba de grupos que iban allí para hacer botellón, jugar, o, como en tantos otros sitios abandonados, practicar la ouija. La estructura de cemento frío y sin terminar, con sus sombras alargadas y rincones oscuros, se prestaba como el escenario perfecto para el misterio y lo sobrenatural. Además, en las sofocantes tardes del verano sevillano, la obra ofrecía un refugio fresco que los adolescentesaprovechaban para escapar del calor.

Una tarde especialmente calurosa, tres jóvenes se refugiaron en el lugar con unas bebidas. Mientras charlaban distraídamente, uno de ellos se percató de una presencia inquietante. En la penumbra, distinguió la figura de una mujer vestida de negro, una especie de espectro que parecía flotar entre los escombros. Sobrecogido por el miedo, avisó a sus amigos, quienes, al mirar en la misma dirección, también la vieron. Sin pensarlo dos veces, los tres salieron corriendo despavoridos, sintiendo el terror apoderarse de ellos.

Los muchachos no tardaron en contar lo sucedido a otros amigos. Dos de ellos, incrédulos pero intrigados, decidieron acompañarlos de regreso al lugar, llevando consigo a sus perros, un pastor alemán y un dóberman, confiando en que los animales les darían valor. Sin embargo, al llegar, los perros se detuvieron en seco, gruñendo nerviosamente y rehusándose a entrar en la obra, como si percibieran algo que los humanos no podían ver. Después de insistir, lograron que los animales entraran, pero para su sorpresa, la misteriosa dama de negro había desaparecido. El ambiente seguía siendo opresivo, pero no había rastro alguno de la presencia espectral.

La obra incompleta estaba situada junto a una fase ya terminada y habitada de la urbanización, separada apenas por una pequeña plaza con bancos donde jugaban los niños. Con el tiempo, los vecinos de la zona empezaron a compartir sus propias experiencias. Varios afirmaban haber visto sombras oscuras moverse entre los bloques sin terminar, luces que parpadeaban sin explicación, y sonidos extraños que resonaban en la noche, como si algo o alguien rondara por el lugar. Los niños, que solían jugar cerca, rara vez se aventuraban a acercarse a la obra; les inspiraba un temor irracional, un mal presentimiento que nadie podía explicar, aunque tal vez era simplemente el instinto de evitar un lugar que, por su abandono y peligros estructurales, representaba un riesgo físico.

A medida que las historias se acumulaban, las especulaciones se disparaban. Algunos susurraban que durante las obras se habían descubierto restos arqueológicos, tal vez antiguos huesos o vestigios de civilizaciones pasadas. Otros, más atrevidos, hablaban de accidentes extraños que habrían cobrado la vida de algunos obreros, alimentando el mito de que la obra estaba maldita. Aunque no había pruebas que respaldaran tales afirmaciones, las leyendas continuaban circulando, sembrando el desconcierto en los habitantes de la urbanización.

¿Eran solo habladurías de gente supersticiosa? ¿O tal vez había algo más profundo y oscuro enterrado bajo los cimientos de los Jardines del Edén? Lo cierto es que el misterio sigue rodeando a esa urbanización, un lugar donde lo inexplicable y lo cotidiano se entrelazaron para siempre en las memorias de quienes vivieron esos años de incertidumbre y temor.




PD:uno de los que vió la entidad era yo,quien les escribe

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