miércoles, marzo 16, 2016

LA OTRA CATEDRAL DE SEVILLA

ENTRADA Nº 178
Una vez más, me aparto temporalmente del enigmático mundo del misterio para sumergirme en mi otra gran pasión: la historia, en particular, la historia menos conocida de la ciudad de Sevilla.En esta ocasión, quiero hablar sobre lo que pudo haber sido la segunda catedral de Sevilla. Quizás muchos de ustedes no estén familiarizados con esta catedral que nunca llegó a ser, una que habría sido conocida como la Basílica de la Milagrosa. De estilo neogótico, esta edificación estaba destinada a competir en grandiosidad y majestuosidad con la mismísima catedral de Sevilla.


¿Y quién podría haber concebido una idea tan ambiciosa sino el renombrado arquitecto Aníbal González? Sí, el mismo genio detrás de la emblemática Plaza de España de Sevilla. Fue él quien ideó este magnífico proyecto, cuya construcción comenzó en 1928, frente a la antigua plaza de toros de Sevilla, conocida como La Monumental, que hoy en día ya no existe.


Lamentablemente, la obra sufrió un golpe devastador cuando Aníbal González falleció el 31 de mayo de 1929. Con su muerte, también murió la posibilidad de que Sevilla contara con una segunda catedral, una estructura que se imaginaba alcanzando los 45 metros de altura, flanqueada por dos torres que superarían los 100 metros cada una. La basílica habría tenido un diámetro de 120 metros y una superficie total que superaría los 10,000 metros cuadrados, lo que habría significado un auténtico hito arquitectónico a nivel mundial.


 

A día de hoy, aún se conservan los cimientos de esta majestuosa obra en la Avenida de la Buhaira. Se dice que el enorme desembolso que requirió la organización de la Exposición Iberoamericana de 1929 llevó a que tanto Sevilla como sus habitantes olvidaran este grandioso proyecto arquitectónico. Finalmente, la ciudad se conformó con poseer una única catedral, eso sí, una de las más importantes del catolicismo mundial, lo cual no es poca cosa.

Así, Sevilla guarda en su suelo un recuerdo de lo que pudo haber sido, un testimonio silencioso de una ambición arquitectónica que nunca se materializó pero que aún resuena en las historias menos conocidas de esta ciudad llena de sorpresas.

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