martes, septiembre 03, 2024

CEMENTERIOS DE SEVILLA

ENTRADA Nº202

CEMENTERIOS DE LA CIUDAD DE SEVILLA





Sevilla, una de las ciudades más antiguas de España, tiene una rica historia que abarca miles de años. A lo largo de su vasta historia, la ciudad ha albergado varios cementerios, cada uno con su propia significación cultural, religiosa y social. Desde las primeras necrópolis romanas hasta los modernos cementerios municipales, cada uno de estos lugares de descanso final cuenta una parte de la historia de Sevilla y sus habitantes.

Necrópolis Romanas

Los primeros cementerios de Sevilla datan de la época romana, cuando la ciudad era conocida como Híspalis. Los romanos establecieron varias necrópolis fuera de las murallas de la ciudad, siguiendo la tradición de enterrar a sus muertos fuera del área urbana. Necrópolis de la Encarnación: Una de las necrópolis más importantes descubiertas en Sevilla es la de la Encarnación, ubicada en lo que hoy es el
centro de la ciudad. Este cementerio fue utilizado entre los siglos I y IV d.C. Los arqueólogos han encontrado una amplia variedad de enterramientos, desde simples fosas hasta elaborados sarcófagos de piedra, lo que indica la diversidad social y económica de sus ocupantes. Necrópolis del Patio de Banderas: Otra necrópolis romana se encontraba cerca del actual Patio de Banderas, en el barrio de Santa Cruz. Aquí se han hallado tumbas de inhumación, así como restos de urnas funerarias. Los descubrimientos realizados en este lugar ofrecen una visión detallada de las prácticas funerarias romanas y las creencias sobre la vida después de la muerte.

Cementerios Visigodos y Árabes

Con la caída del Imperio Romano y la llegada de los visigodos, los hábitos funerarios en Sevilla cambiaron. Los visigodos, que eran cristianos arrianos, continuaron enterrando a sus muertos fuera de las murallas de la ciudad, pero con menos pompa que sus predecesores romanos. con la conquista musulmana de Sevilla en el año 712, la ciudad se transformó radicalmente. Los musulmanes, siguiendo
sus propias tradiciones, establecieron varios cementerios alrededor de la ciudad. Entre los más importantes estaba el Cementerio de Almozara, que se ubicaba en lo que hoy es el barrio de San Julián. Este cementerio fue utilizado durante toda la época islámica de Sevilla y se ha encontrado en él numerosos enterramientos islámicos con sus características orientaciones hacia La Meca.




Cementerios Medievales

Con la reconquista cristiana de Sevilla en 1248 por parte del rey Fernando III, se produjo un nuevo cambio en las prácticas funerarias de la ciudad. Durante la Edad Media, los cementerios comenzaron a ubicarse junto a las iglesias, siguiendo la tradición cristiana de enterrar a los muertos en tierra sagrada. cementerio de San Andrés: Uno de los primeros cementerios cristianos establecidos en Sevilla fue el de San Andrés, situado junto a la iglesia del mismo nombre. Este cementerio se usó durante varios siglos hasta que se prohibió enterrar a los muertos dentro de la ciudad debido a preocupaciones de salud pública. cementerio del Salvador: Otro cementerio importante fue el que se encontraba junto ala Iglesia del Salvador, uno de los templos más antiguos y significativos de Sevilla. Este cementerio también se cerró en el siglo XVIII cuando se empezaron a trasladar los enterramientos fuera de las murallas de la ciudad.






Cementerios Modernos

A partir del siglo XIX, las autoridades locales comenzaron a trasladar los cementerios fuera de las murallas de la ciudad por razones de higiene y para evitar epidemias. Este cambio marcó el comienzo de los cementerios municipales modernos.Cementerio de San Fernando: Fundado en 1852, el Cementerio de San Fernando es el cementerio más grande y conocido de Sevilla. Este cementerio se diseñó siguiendo el modelo de los cementerios-jardín que se habían popularizado en Europa durante el siglo XIX. El Cementerio de San Fernando es famoso no solo por su tamaño, sino también por las muchas figuras ilustres enterradas allí, incluyendo toreros famosos como Joselito El Gallo y Juan
Belmonte, y artistas como Antonio Machín y Lola Flores. Además, el cementerio alberga una sección militar, donde se encuentran los restos de numerosos soldados caídos en las guerras coloniales y civiles de España. el cementerio de San Jerónimo: A finales del siglo XIX y principios del XX, Sevilla abrió otro cementerio, el Cementerio de San Jerónimo, destinado a aliviar la saturación del Cementerio de San Fernando. Sin embargo, con el tiempo, este cementerio se cerró y fue desmantelado. Hoy en día, el terreno se ha reutilizado para otros fines urbanos. otros Cementerios Modernos: Además de San Fernando, Sevilla cuenta con varios cementerios más pequeños, como el Cementerio de San José y el Cementerio de Nuestra Señora de las Mercedes, ubicados en barrios más alejados del centro histórico de la ciudad. Estos cementerios continúan sirviendo como lugares de descanso final para los habitantes de Sevilla y reflejan la evolución de las prácticas funerarias a lo largo del tiempo. 

Cementerios mas famosos ya desaparecidos

Otro cementerio significativo del siglo XIX fue el Cementerio de San Sebastián, ubicado cerca del actual Prado de San Sebastián. Este cementerio se estableció en 1829 y funcionó hasta mediados del siglo XIX, cuando las políticas de salud pública que motivaron la creación de cementerios más alejados del centro urbano llevaron a su clausura.San Sebastián fue utilizado principalmente durante la primera mitad del siglo XIX y fue el lugar de descanso para muchos ciudadanos prominentes de la época. A
medida que la ciudad se expandió y los problemas de salud pública se hicieron más apremiantes, el cementerio fue cerrado y los restos trasladados, principalmente al recién creado Cementerio de San Fernando.Posteriormente, el terreno del Cementerio de San Sebastián fue urbanizado y hoy en día es una zona de intensa actividad urbana. No queda ningún rastro visible de su existencia, pero sigue siendo un capítulo importante en la historia funeraria de Sevilla, otro campo santo muy conocido fue el cementerio de la Puerta de la Carne es otro de los cementerios que existieron en Sevilla durante el siglo XIX. Este cementerio fue utilizado principalmente durante la primera mitad del siglo y se encontraba en las afueras de la ciudad, cerca de una de las principales puertas de acceso al casco urbano.Este cementerio, como muchos otros de su época, fue cerrado debido a las reformas sanitarias y las nuevas directrices urbanas que buscaban alejar los lugares de enterramiento de las zonas densamente pobladas. Los restos inhumados en la Puerta de la Carne fueron trasladados al Cementerio de San Fernando antes de que el sitio se reconvirtiera para otros usos.

Cementerios Parroquiales y de Barrios

Durante el siglo XIX y principios del XX, también existieron varios cementerios parroquiales más pequeños en Sevilla. Estos cementerios, vinculados a las iglesias de los distintos barrios, fueron clausurados progresivamente a medida que las autoridades centralizaron los entierros en cementerios
más grandes y alejados del núcleo urbano, algunos ejemplos de estos cementerios parroquiales incluyen al Cementerio de San Vicente anexo a la parroquia de San Vicente, este pequeño cementerio fue utilizado hasta que las reformas sanitarias dictaron su cierre y los restos fueron trasladados, Cementerio de San Julián otro cementerio parroquial que fue clausurado a medida que se adoptaron políticas funerarias más modernas y centralizadas.



El Cementerio de los Ingleses o de San Jorge

Un caso especial es el Cementerio de los Ingleses, también conocido como el Cementerio Anglicano de Sevilla. Establecido en 1855, este pequeño cementerio se encuentra en el barrio de San Jerónimo, en las afueras de Sevilla, y fue creado para servir a la comunidad protestante británica de la ciudad, que no
podía ser enterrada en los cementerios católicos debido a las restricciones religiosas de la época, el Cementerio de los Ingleses aún existe, aunque ha caído en desuso y abandono. Hoy en día, se considera un lugar de interés histórico y patrimonial, ya que ofrece una visión única de la diversidad religiosa y cultural de Sevilla en el siglo XIX





No se puede hablar de los cementerios de Sevilla sin mencionar el legado judío. Durante la Edad Media, Sevilla tuvo una próspera comunidad judía, especialmente en el barrio de la Judería. Aunque no hay mucha documentación sobre los cementerios judíos de Sevilla, se sabe que existieron en las afueras
de las murallas de la ciudad, siguiendo la práctica de las comunidades judías de enterrar a sus muertos fuera de los límites urbanos. Tras la expulsión de los judíos en 1492, estos cementerios fueron abandonados o reutilizados para otros fines.

La historia de los cementerios de Sevilla es, en muchos sentidos, un reflejo de la rica y diversa historia de la ciudad misma. Desde las primeras necrópolis romanas hasta los cementerios municipales modernos, estos lugares de descanso final no solo cuentan las historias de aquellos que vivieron y murieron en Sevilla, sino que también nos ofrecen una ventana a las creencias, tradiciones y preocupaciones de cada época. Aunque algunos cementerios han desaparecido y otros han cambiado de propósito, todos ellos forman parte de la historia de Sevilla, y su legado sigue vivo en la memoria colectiva de la ciudad.


TURISMO FUNERARIO Y CURIOSIDADES

Si,lo que oyes,existe un tipo de turismo peculiar y misterioso conocido como turismo funerario, o necroturismo, que adquiere un aire especial en noviembre, cuando la ciudad de Sevilla se envuelve en un halo de oscuridad y misterio. 
Es en estos días, cuando las sombras se alargan y la brisa fría recorre los callejones, que los visitantes más osados buscan explorar los secretos que la ciudad oculta en sus rincones más lúgubres.
Sevilla, con su historia cargada de luces y sombras, no es ajena a este tipo de turismo. 
Existen asociaciones culturales que organizan rutas por los cementerios más antiguos, iglesias abandonadas y otros lugares donde el tiempo parece haberse detenido. Pero, más allá de estos recorridos organizados, hay secretos oscuros que se ocultan a simple vista, esperando ser descubiertos
por aquellos con ojos atentos y almas inquietas.Una de estas curiosidades se encuentra en un lugar insospechado, un bar en la calle Mateos Gago, en la esquina con la calle Ángeles. Allí, como si se tratase de una advertencia silenciosa a quienes cruzan su umbral, yace una lápida funeraria incrustada en la solería.


Este fragmento de piedra, que alguna vez selló el destino de algún alma olvidada, ahora da la bienvenida a los visitantes, desatando murmullos y miradas curiosas. ¿Qué historia oculta tras de sí? ¿A quién perteneció? ¿Por qué está aquí, en este rincón inesperado de la vida cotidiana? un conocido arqueólogo fascinado por los misterios de la ciudad, ofrece una posible explicación: tras la desamortización de Mendizábal, un oscuro capítulo de la historia en el que muchas iglesias y edificios religiosos fueron profanados y derribados, sus materiales fueron vendidos como despojos.
 Piedras, esculturas, y lápidas que antes marcaban los lugares de descanso eterno fueron reutilizadas sin piedad. En la colección municipal, existen varias lápidas provenientes del Corral de la Encarnación, un lugar que alguna vez fue ermita en Triana, ahora reducido a polvo y recuerdos. 
La lápida de la calle Mateos Gago podría ser uno de estos vestigios, arrancado de su sitio original y reaprovechado por su material noble, como un eco lejano de un pasado que se resiste a desaparecer.Sin embargo, el misterio no termina ahí. Algunos afirman que esta lápida no es en realidad funeraria, sino laudatoria. En lugar de marcar una tumba, podría conmemorar a una figura o evento significativo, tal vez vinculado al antiguo Colegio Santa María de Jesús, donde se erigió la Universidad de Sevilla. ¿Es entonces una reliquia de la gloria académica de la ciudad? ¿O tal vez un tributo olvidado, que ha encontrado su lugar final en este inusual santuario de la vida moderna?




La presencia de esta lápida en un bar contemporáneo es un testamento inquietante de cómo los fragmentos del pasado pueden infiltrarse en el presente, desdibujando las líneas entre lo que fue y lo que es. Para aquellos que cruzan su umbral, es una invitación a reflexionar sobre la delgada línea que separa la vida de la muerte, lo mundano de lo trascendental. 
Sevilla, con su atmósfera impregnada de historia y misterio, se convierte así en un escenario donde lo gótico y lo cotidiano se entrelazan, ofreciendo a sus visitantes un vistazo a la eternidad desde la mirada melancólica de una ciudad que nunca olvida.



No hay comentarios:

Publicar un comentario